Para combatir el sida, consejo de un artista.
Para combatir el sida, consejo de un artista.
Hoy en día los artistas utilizan su poder mediático para dar mensajes colaterales a su trabajo. Ahí está la Barden dando rosas de la paz y rindiendo pleitesía a los batasunos. Y en el otro lado de la balanza nos encontramos a Bod Geldof, cantante y activista político, y que no tiene nada de sospechoso, que en un mítin del Partido Laborista británico alabó públicamente la política de George Bush para combatir el sida.
Y es que este artista ha roto una lanza a favor de la objetividad. La monogamia, la fidelidad conyugal y la abastiencia sexual son las armas más eficaces para combatir el sida, más bien las que aseguran que esa enfermedad no progrese. Curiosamente su postura no se basa en valores religiosos sino en la comprobación de que donde no se aplica esa política el sida sigue creciendo. Podrán decir que se ponen medidas correctoras, pero si la promiscuidad sexual continúa, cada vez aumenta más la probabilidad de que el contagio se produzca.
Si tenemos una pistola con una bala y siete huecos, la probabilidad de que nos toque la bala es mayor cada vez que lo intentamos. Eso que corroboran las estadísticas es lo mismo que afirma Bod Geldof.
Ya ha oido las voces de protesta de sus colegas progresistas: que pone en riesgo vidas humanas ¿y no es exactamente al revés? Los que se mueren son los que se contagian con la enfermedad, no los que se salvan de ella.
andrés aterido
Hoy en día los artistas utilizan su poder mediático para dar mensajes colaterales a su trabajo. Ahí está la Barden dando rosas de la paz y rindiendo pleitesía a los batasunos. Y en el otro lado de la balanza nos encontramos a Bod Geldof, cantante y activista político, y que no tiene nada de sospechoso, que en un mítin del Partido Laborista británico alabó públicamente la política de George Bush para combatir el sida.
Y es que este artista ha roto una lanza a favor de la objetividad. La monogamia, la fidelidad conyugal y la abastiencia sexual son las armas más eficaces para combatir el sida, más bien las que aseguran que esa enfermedad no progrese. Curiosamente su postura no se basa en valores religiosos sino en la comprobación de que donde no se aplica esa política el sida sigue creciendo. Podrán decir que se ponen medidas correctoras, pero si la promiscuidad sexual continúa, cada vez aumenta más la probabilidad de que el contagio se produzca.
Si tenemos una pistola con una bala y siete huecos, la probabilidad de que nos toque la bala es mayor cada vez que lo intentamos. Eso que corroboran las estadísticas es lo mismo que afirma Bod Geldof.
Ya ha oido las voces de protesta de sus colegas progresistas: que pone en riesgo vidas humanas ¿y no es exactamente al revés? Los que se mueren son los que se contagian con la enfermedad, no los que se salvan de ella.
andrés aterido
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