¿ Cómo va a ser una asignatura en la que se enseña a no tener valores la que arregle la violencia escolar?
¿Seguro?
Al comenzar el curso ha vuelto a salir en todos los medios una de las lacras que afecta al sistema escolar español, la violencia con los profesores y entre alumnos. Ante esta situación, la ministra de Educación y Ciencia ha afirmado que la asignatura de “Educación para la Ciudadanía”, que introduce la Ley Orgánica de Educación (LOE), es la "salida más adecuada" al problema del acoso escolar.
En el Barómetro Cisneros, un estudio sobre violencia y acoso escolar, se afirma que casi el 25% de los escolares españoles sufren este tipo de acoso en clase; sin duda, unos resultados sobrecogedores. Tal vez por eso, Cabrera piensa que, "la mejor salida que podemos ofrecer a esta situación es reforzar, en la educación de nuestros niños y adolescentes, todos aquellos valores que fomentan la tolerancia, el respeto al que no opina lo mismo y la resolución de los conflictos por vía pacífica".
Lo que no entiendo es por qué si están seguros que la mejor manera de resolver el asunto, es la educación en valores, se cargan la Religión, que es, precisamente, la asignatura que más valores para la convivencia, transmite. ¿Se imaginan los valores que se transmiten a los niños sólo con los Diez Mandamientos? Basta con explicarles bien el cuarto, el quinto y el sexto; hay en ellos, sólo desde el punto de vista humano, más valores ciudadanos que todos los que se puedan transmitir con materias especiales. Es por eso que nos planteamos si es seguro que con “Educación para la ciudadanía” y sin Religión se solucionará el problema.
Jesús Domingo Martínez
1 comentario
joseluis -
Padres y maestros se quedaron sin autoridad:
Hace poco leí en un periódico que los profesores han perdido definitivamente su autoridad en las aulas. Me llamó la atención una de las últimas frases redactadas al final del artículo, en la cual se explicaba la causa principal de este problema era la falta de transmisión de valores y la educación en la familia.
En primer lugar, son los padres los que deben valorar que es necesaria una buena educación para sus hijos en un ambiente de libertad personal, pero a la vez de exigencia.
Es verdad que ahora en la sociedad los bienes materiales están fácilmente al alcance de nuestras manos, y que es difícil no querer que nuestros hijos gocen del máximo bienestar; pero estas razones no justifican que no se les deba enseñar que para llegar a un objetivo se debe andar por el camino del esfuerzo: hacer bien los deberes hasta el final, ayudar a los padres en sus tareas del hogar, dedicar parte de su tiempo a los otros parientes
¿Quién dice que olvidarse de sí, darse a los demás desinteresadamente, no supone un esfuerzo considerable? ¿Quién niega que después de haber ayudado a los más próximos, uno siente un gozo incomparable?
El papel que actualmente se les está exigiendo a los profesores sólo lo pueden desempeñar los padres. Les corresponde a ellos tarea de toda una vida- educar a sus hijos, como deber de amor verdadero hacia ellos y enseñarles a valorar la formación que han recibido.